Wenders filma un gran promocional para Salgado

Wim Wenders, Juliano Ribeiro y Sebastiao Salgado. Foto: Sony Pictures Classics.

Wim Wenders, Juliano Ribeiro y Sebastiao Salgado. Foto: Sony Pictures Classics.

Cuando supe que Wim Wenders había dirigido un documental sobre Sebastiao Salgado me emocioné. A pesar de que su brillo se ha apagado con los años, el director alemán es un cineasta de referencia, que además practica la fotografía e incluso está casado con una fotógrafa. ¿Quién mejor que el director de Buena Vista Social Club y Pina para abordar una de las figuras más controvertidas y famosas de la fotografía del último medio siglo?

Pero una vez sentado en la sala de cine la emoción se fue disipando a medida que transcurrían los minutos, hasta terminar en una gran desilusión.

La sal de la Tierra es una hagiografía, un gran promocional para cantar la gloria de Salgado, que evade cualquier asomo de crítica o discusión, mostrándonos exclusivamente el punto de vista del protagonista, su hijo, su esposa y un amigo (Wim Wenders). En toda la película no se menciona siquiera el nombre de otro fotógrafo. El mundo, sus cinco continentes y las luchas de la humanidad, parecieran haber sido puestos ahí para que Salgado los fotografiara en exclusiva, sin predecesores ni contemporáneos, sin colegas ni rivales, como una mirada emanada desde lo alto (los espectadores despistados podrían incluso pensar que Salgado fue el único que fotografió el infierno de Ruanda).

La narrativa incoherente de este documental traiciona su origen: Wenders fue invitado a colaborar con Juliano Ribeiro (el hijo mayor de Salgado), cuando éste ya había grabado bastante material para un proyecto basado en su familia. Ambos continuaron grabando por separado aún después de acordar que harían una sola película entre ambos. Esto propició que el trabajo de edición se alargara más de un año, con Juliano y Wenders enfrentados en lo que el alemán llamó “problemas de ego” (cada uno quería que sus tomas ocuparan más tiempo en la película). Al final, cuando ya estaban considerando hacer cada quien un documental por su cuenta, negociaron la versión que podemos ver actualmente en los cines, y acordaron no volver a trabajar juntos nunca.

Las tomas de Juliano son en color, y muestran que no heredó el talento de su padre para el encuadre y el uso de la luz. Las tomas de Wenders, mucho mejores, son en blanco y negro, para estar a tono con la obra del protagonista. El primero nos muestra al fotógrafo en escenarios polares y tropicales, trabajando para su entonces futuro libro Génesis. El segundo nos muestra principalmente un ingenioso recurso, poniendo a Salgado frente a un teleprompter en el que se proyectan sus fotografías, con lo cual consigue fundir el rostro del fotógrafo con su obra mientras nos narra las historias detrás de ella. Mientras Juliano sigue a Salgado en algunas (muy pocas) locaciones de su último proyecto, Génesis, Wenders nos lo muestra recorriendo (breve y superficialmente) su obras pasadas.

Es muy poco lo que un espectador que no esté familiarizado con la figura de Salgado sacará en claro de este documental. La idea principal que nos muestra es el tópico del fotoperiodista socialmente comprometido, un héroe romántico y solitario que capta con valentía los peores conflictos en los peores lugares del mundo para… bueno, no se nos explica para qué.

Es menos aún lo que un espectador no familiarizado con la historia de la fotografía logrará entender del medio, porque los realizadores no presentan ningún contexto. Es una lástima porque la figura de Salgado encarna perfectamente las dificultades que ha padecido el fotoperiodismo al declinar la época dorada de las revistas ilustradas y el advenimiento de era digital. Salgado supo, a base de talento, conexiones y marketing, escapar del asfixiante trabajo diario de las agencias informativas para concentrarse en trabajos de largo aliento durante cinco o más años, sobre temas escogidos y planeados por él mismo, cuya forma de salida no serían ya las páginas de los periódicos sino los libros lujosamente editados y las salas de las galerías y los museos.

En medio de sus mayores éxitos llegaron los cuestionamientos más duros, el primero, en 1991, por la relativamente desconocida Ingrid Sischy en The New Yorker; el segundo, en el 2003 por la mundialmente famosa Susan Sontag en su libro Ante el dolor de los demás. Salgado, decían ellas, recubre de belleza la miseria, anestesiando nuestra indignación, invitándonos a contemplar, no a entrar en acción para combatirla. Se ha cuestionado también si este tipo de fotografías deberían venderse en impresiones de lujo en galerías de arte, o editarse en libros caros de tiraje limitado que jamás podrán ver las personas protagonistas de las fotos. ¿Y no es cierto que estas imágenes contribuyen más a la fama y el bienestar del fotógrafo que a la resolución de los problemas de los fotografiados?

No es este el momento de examinar más detalladamente estas cuestiones porque perderíamos de vista nuestro tema principal, baste con señalarlas e indicar que son esenciales en cualquier discusión seria sobre la obra de Salgado, y que la película que nos ocupa ni siquiera las menciona.

La sal de la Tierra nos dice enfáticamente que estamos delante de un hombre sabio y legendario, pero no sabe explicarnos por qué, y no intenta siquiera cuestionar qué hay detrás de esa fachada. Es una mirada reverencial y superficial sobre uno de los fotógrafos más famosos del mundo, y eso es una verdadera lástima, porque la obra de Salgado merece un verdadero análisis crítico en lugar de un gran promocional para su último libro.

Francisco Cubas

 

 

 

 

 

7 pensamientos en “Wenders filma un gran promocional para Salgado

  1. Sin embargo, visualmente es un placer, y que bien que cinepolis le dio oportunidad de mostrarlo. Ya quisiera ver un promodoc para Peter Lik. Saludos!!

  2. Me parece que entraste a la sala de cine con una visión predispuesta de lo que querías encontrar en el filme.

    Yo particularmente no sabía exactamente lo que iba a ver ya que en primer lugar conozco muy superficialmente el trabajo y la figura de Salgado, pero desde que miré los trailers quise verla (la busqué por mucho tiempo en línea sin resultado alguno pero para mi suerte la trajo Cinepolis ¡a mi pueblo!).

    Desde mi punto de vista, la película es completamente disfrutable. ¿Por qué? Porque la narrativa es buena, porque es una historia donde podemos identificar claramente a un héroe, su arma y su villano y el camino que recorre para «vencer».

    Comparto contigo el hecho de que el film está lejos de ser un documental per-se para ser más una bio-pic teatral. Pero precisamente eso la hace complaciente para el espectador promedio (como yo y como la gran mayoría) y logra acercar un poco la vida y obra de el indiscutiblemente gran artista que es Salgado.

    Buena crítica, saludos!

    • Manuel, mil disculpas por contestar tan tarde. Es verdad que al estar tan familiarizado con el trabajo y la figura de Salgado estaba predispuesto a lo que quería encontrar en el filme y tal vez, como dices, funciona mejor para el espectador promedio. Saludos!

  3. Excelente crítica, Francisco. Sin duda los que no conocemos bien la obra de Salgado salimos casi reverenciándolo, yo iba predispuesta al estilo poético de los filmes de Wenders, y justo esos empalmes que dices y sus intervenciones me pareció que se lograron muy bien, si sentí la narrativa inestable (que infierno ha de haber sido esa edición) y claro que hubiera estado bien que no lo idealizaran taaaaanto, pienso por ejemplo en lo descomprometido y honesto que se sintió el documental de finding Vivian Maier, quizá ya que Salgado se muera, se hará una película con más cojones, como dicen. Y aunque a Susan Sontag terminó gustando del trabajo de Salgado, tener una película de este tamañote y dejar de lado estos criterios estéticos tan importantes la hace nada menos y nada más que un egocumental muy a la #selfiestyle.

    • Rebeca, mil y otras mil disculpas por tardar tanto en contestar. Me encanta que menciones Finding Vivian Maier, justo era el punto de comparación que tuve al escribir esta crítica. Me parece que ambos filmes muestran los polos opuestos de lo que puede hacer el cine, entre lo superficial y lo profundo. Un gran saludo y muchas gracias por leer y comentar!

  4. Pingback: Sebastiao Salgado. Crítica a las críticas | Fotografía Histórica. com

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